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lunes, 31 de julio de 2017

Relato Gregorio Sosnava Sánchez


Con mucho gusto les compartimos la segunda entrada a este blog, en esta ocasión les presentamos un relato que el señor Gregorio Sosnava Sánchez dio cuando aún estaba en vida, esperemos que les guste así que adentrémonos en la historia.
Foto del libro "El vaho de las animas y los ecos de los cristeros"


Por aquí se escuchaba a la llorona, primero de noche y después hasta de día. Todos se preguntaban ¿por qué?, y a los dos meses empezaron los combates de Villa en Celaya. Después de que paso eso, mucha gente se alzó pal`, cerro, y es que después de los primeros combates cayo, una epidemia del cólera; se dormían guenos y amanecían muertos. La gente de aquí y del Organal, mucha se fue pa' Querétaro por Santa María Magdalena, por eso cuando es la fiesta de Ojo Zarco día 1º de diciembre se lo llevan y el último lo vamos a encontrar, son como hermanos.

La gente del Organal y el Cerrito estaban unidos, y es que Organal vivía una mujer, en medio del pueblo de Ixtla y Los Borditos. Esa señora tenía un hombre que le cuidaba su ganado y su propiedad mientras ella salía como a eso de las cinco de la tarde y no se sabía a qué hora regresaba. Así que el asistente curioso decidió espiarla para qué hacía. Al llegar, aquella mujer traía una mantada -un guangoche de cuero-, era la una de la madrugada. Aquel hombre salió y ella le preguntó "Por qué me espía".
 La mujer traía en el guangoche mucho dinero y amenazó al hombre diciéndole que si la delataba a él y ella los matar. Que mejor no dijera nada, a esa mujer que por esos caminos ponía unos hilos de entre las ramas y les dejaba unos cigarros prendidos, colgando les salía a los arrieros unos metros adelante de donde estaban los cigarros, y les decía:
-No avancen porque aquellos hombres los esperan pa' matarlos mejor dejen su cargamento y regresen por donde vinieron o avancen y mueran.

Así que aquella mujer robaba mucho. Tiempo después la mataron en Querétaro, y la conocieron como La Carambada. Ella tenía una capilla con una cruz muy antigua la cual se llevaron pa' Carrillo (Querétaro).
Es que muchas cosas pasaron aquí, como los del Cerro, cuando mi hermano Canuto iba por arriba del cerro gritó una niña:
- ¡Mira lo que está ahí! -y mi hermano se volvió y vio a un soldao que estaba escondido amarrándose un zapato, él dijo:
-Señor de Ojo Zarco si me concedes matar a este soldao, te prometo danzar en tu fiesta de concheros todo el tiempo que tenga de vida.

Mi hermano agarró unas piedras y de un piedrazo tumbó al soldao que estaba junto a unas taponas," y que ya le estaba apuntando con la carabina. Lo llevó parriba del cerro y luego llegaron mis tíos y le preguntaron ¿Qué había pasao? Canuto les dijo que "El soldao lo quería matar". Le preguntaron al soldao que quién le dio el piedrazo y él dijo que un muchacho como de doce años. Ése era mi hermano Canuto. Entonces ordenaron mis tíos a Canuto que matara al soldao y éste le pidió una última voluntad, que lo mataran con su misma arma y mi hermano lo mató.
 Lo bajaron a cabeza de silla y lo colgaron del capulín, cuando llegaron más soldaos, a causa de esto los dejaron entrar, y a todos los mataron y los colgaban en el capulín. Entonces el gobierno venía cada vez más bravo y tuvieron que remontarse más arriba.

Las primeras veces la gente se escondía en las peñas del Tangano, que estaban cubiertas por nopales tazajos y los soldaos no los veían en las cercas dobles, una mujer salió con su criatura y ésta ya estaba muerta: se ahogó con el pecho que la madre puso pa' que no llorara y no le delatara. En una ocasión que íbamos huyendo pa' Tierra Blanca, encontramos a una mujer con una criatura que le estaba mamando el pecho por tanta hambre, sólo que la mujer ya estaba muerta.  La tocamos y estaba bien tiesa, pero no podíamos llevarnos a la criatura ahí se quedó.

Cuando el gobierno cayó del lado de la Peña Colorada, nos escondimos en una cueva y con nosotros estaba el que venía a vender tinajas. Éste se quedó más a la entrada de la cueva y el gobierno lo mató por una bala que rebotó en la pared.
Tres días después de esto, el gobierno trajo un cañón y lo disparó del Capulín al centro del Tecolote, pero se cebó porque uno del pueblo corrió y le quitó la mecha al cañón. El gobierno enfurecido lo subió al cerro de La Mesita y de ahí sí lo disparó a la Peña Colorada derrumbando unos peñascos.

Entonces, los soldaos le tumbaron los techos a la capilla y algunas paredes, y fue cuando al señor de Ojo Zarco, un soldao desde la puerta del templo le disparó al pecho, pero sólo le voló dos dedos de la mano, y es que en su capilla se orinaban, cagaban y violaban a las mujeres frente al santito. En esos tiempos los soldaos quemaron todas las casas de romerillo, tumbaron las matas de aguacates y las cercas dobles, ¡quebraron todo! Así que la gente hacia tortillas con las espigas molidas de la hierba de lengua de vaca y con las hojas las hacían como quelites y eso y otras hierbas era lo que comían.
Con los soldaos hubo muchas bajas porque en una ocasión dejaron al gobierno entrar hasta arriba y los de1 Cerro hicieron un hoyo como de 18 metros en las cuatro esquinas Junto a la capilla pinta; el cual taparon con carrizos, tejas de barro y tierra, entonces le cargaron al gobierno y lo hicieron correr como un kilómetro hasta que cayó en el hoyo y ahí los acabaron a todos. A veces los dejaban llegar al sabino donde nacía el agua y de todos los cerros les tiraban y los mataban: el agua iba roja de pura sangre, y a todos los soldaos muertos los iban a colgar al capulín.

Este árbol estuvo a punto de secarse de tantos que colgaron.  Hubo un soldao que no se descompuso, sólo se secó y los jicotes hicieron panal en él, salían por la boca y por la cola. Los coyotes que tragaban tanta carne, estaban nomás el aulladero de coyotes todos entre pelaos, y es que de los del Cerro, cada uno tenía un centinela.
En el cerro Liso del lado oriente había uno, en la Peña Colorada, en el cerro de la Rosa, en la Rochera, en éste estaba el general Fortino Sánchez que se fue con los del Cerro, Próspero y Jesús Jiménez, hermanos, eran los que ordenaban de centinela a centinela. Fortino Sánchez era del rancho de Palo Blanco y una vez mandó a siete soldaos con unos inditos del pueblo porque ya le daba lástima matar a tanto soldao. Estos inditos vivían en el callejón de la Polvareda y les decían los Molindinguez, uno de estos hermanos salió con cuchillo en mano y sin decir nada les clavó el cuchillo uno a uno a los soldaos hasta matar a los siete. Cada vez que picaba uno, se pasaba la hoja del cuchillo entre los labios, pa' limpiarlo de la sangre.

Esto paso por aquí y en los alrededores como cuando Próspero y Jesús iban rumbo al Batán, a la hacienda. Por donde pasaron había una boda, éstos se robaron y se llevaron a la novia. Porque a uno de ellos le gustó por bonita, ya habían intentado robar esa hacienda dos o tres veces, y no podían porque tenía mucha gente bien armada, pero en esa ocasión encontraron zacate y con un carro de mulas cargao lo arrimaron a la puerta y la quemaron. Entraron y mataron a todos, por donde escurre el agua, escurría sangre a chorros, todos los del Cerro que llevaban caballos malos los dejaron y se trajeron los del patrón; echaron las vacas fuera y se las trajeron, les dieron aviso a todos los del Cerro y a quien les faltaba se llevan las que les faltaran.

Cuando mataban la vaca, curtían el cuero y con dos o tres cueros hacían sus casas en el cerro. Así vivían: se comunicaban con disparos, uno, dos, tres, según de donde viniera el gobierno, por eso no les podían hacer nada, bien organizaos y con armas del mismo gobierno; aparte eran buenos tiradores, porque cuando acabaron a los regimientos, venían dos soldaos a una distancia de dos kilómetros y uno tocó la corneta para reunirse con el otro batallón y uno desde el cerro con un 30-30 ochavado le disparó y lo mató a esa distancia.

Eso pasó aquí que ahora se llama San Miguel de Ixtla, porque Ixtla está más abajo y decían que se llama así porque cuando llegaron los españoles y vieron que había dos islas así lo llamaron porque no podían pronunciar su nombre original. Otros que ya murieron decían que aquí vivía un rey otomí que se llamaba Ixtla, ahí por las peñas del Tángano, y que vivía en cuevas pero que un día, sin dejar rastro alguno, desapareció con toda su gente, porque este cerro tenía mucha agua y había un túnel por donde el rey viajaba.

Biografía:
José Cervantes Gómez “EL VAHO DE LAS ANIMAS Y LOS ECOS DE LOS CRISTEROS”

Viterbo 2008 pág. 119- 124

miércoles, 5 de julio de 2017

Las Fantasmales Capillas de Ixtla, Gto.

Hoy les presentamos con gran gusto el primero de muchos artículos de este blog, este artículo es quizá el primero que se realizó de Ixtla con el objetivo de rescatar las capillas con las que cuenta, sin embargo, en el artículo veremos que las acciones realizadas por el arquitecto Carlos Flores Marini no tuvieron éxito debido a la indiferencia de la gente de Ixtla y de autoridades municipales, sin más preámbulo sumerjámonos en este interesante artículo.
Por Héctor de Mauleón
Nadie sabe quién las construyo, ni cuando fueron erigidas, pero todavía quedan en pie cerca de 40 y se afirma que alguna vez llegaron a sumar 72.



Al comenzar la década de los 70 el arquitecto Carlos Flores Marini fue contratado para restaurar una casa del siglo XVIII en Apaseo el Grande, Gto. Ahí oyó hablar por primera vez del pueblo de ixtla: un lugar olvidado, casi fantasmal, al que sólo se podía llegar a caballo por los cerros. Ixtla supo el arquitecto, tenía un atractivo extraño que lo convertía en lugar único: diseminadas entre las casuchas y la vegetación, existían 72 capillas levantadas entre los siglos XVII y XVIII.


El tesoro arquitectónico es escondido en la aldea, se desmorona y desaparece lenta e irreversiblemente ante la diferencia de los habitantes y autoridades
Intrigado, Flores Marini decidió hacer el viaje, El camino por el que se accede a Ixtla se inicia a partir del kilómetro 16 de la carretera Querétaro-Celaya, a la altura de la hacienda de obrajuelo. Las capillas si existían: el arquitecto pudo contar 40, todas ellas típicas construcciones del siglo XVIII. Los habitantes de Ixtla habían perdido la memoria histórica y no recordaban quienes las habían erigido ni con que finalidad; y el avanzado estado de deterioro que presentaban la mayoría de las capillas no solo era obra del tiempo sino también de un arquitecto italiano, Giorgio Bellioli quien las había despojado de sus fachadas para usarlas en unas edificaciones de estilo neocolonial que por aquel tiempo se construía en la cercana población de Marfil Gto.
Fascinado y encolerizado, Flores Marini comenzó a elaborar un proyecto para salvar de la ruina aquel puñado de monumentos.



El atraso del pueblo es evidente:   Apenas en 1973 tuvieron luz eléctrica y en 1974, camino de terracería.  Hoy sólo tiene una escuela   y no hay teléfono.

Logró la promulgación de un Reglamento de Protección y Conservación, pero a partir de ahí no encontró nuevos ecos. Los restos colonia­ les de Ixtla continúan sumidos en el olvido ante la indiferencia de pobladores y autoridades.


ÉXODO
Durante las primeras décadas del siglo, la revolución y la guerra cristera provocaron el abandono masivo de lxtla por sus habitantes: unos se aliaron a las fuerzas rebeldes y otros emigraron tratando de salvar la vida y olvidar los horrores que habían presenciado.
Al final. lxtla se quedó vacío. La hierba creció sobre los muros y los techos se desplomaron. Junto al lecho del río quedó abandonada. desmoronándose, la que antes había sido una monumental iglesia dedicada a San Miguel Arcángel y fue erigida (según se asienta en el arco del coro) en 1711.  En las inmediaciones del pueblo. la naturaleza comenzó a devorar los restos de las 40 pequeñas capillas y borronear sus murales.
Después de la revolución. pocos volvieron al pueblo. La mayoría se habían aposentado en otras tierras o murieron. Los que regresaron, sólo encontraron ruinas. Lo que no habían destruido lo, años. lo derribaron las partidas de bandoleros, federales o revolucionarios.
Los emigrados se habían llevado a la tumba las viejas tradiciones y el secreto de sus orígenes. Los jóvenes. menos preocupados por el pasado histórico que por sobrevivir. construyeron unas casuchas con piedras de río y arbustos de romerillo y, como si nada hubiera ocurrido, volvieron a trabajar en las extensas tierras del cacique de la región. Manuel Urquiza, cuyas posesiones se extendían hasta orillas de la ciudad de Querétaro e incluían el terreno sobre el que se asentaba la aldea. La revolución habla sido un mal sueño. Al despertar, todo continuaba igual.

MILAGRO EN LA MILPA

Del olvido, sólo se salvó la noción de que, en sus orígenes, Ixtla (lugar donde abunda la obsidiana) fue lugar de paso de las tribus chichimecas. y que las sucesivas tragedias que cayeron sobre el lugar obedecen a castigo divino: según oyó decir a su padre el agricultor José Olvera, de 60 años de edad, el águila legendaria que hallaron los aztecas en lo que hoy es el D.F., pasó primero por lxtla, pero fue ahuyentada a pedradas por los indígenas:
­Aquí iba a ser México dice Olvera­. Pero corrieron al águila y ésta se fue a San Miguel Octopan, donde estuvo un tiempo. Luego voló hacia México.
A raíz de aquel suceso, dice Olvera, no volvió a llover en lxtla en muchos años, y precisamente por eso, cuando llegaron los españoles al lugar, comenzaron a. construir
capillas a fin de atraer la gracia divina y terminar con las sequías (la licenciada Rosa María Sánchez Lara, en un estudio elaborado para el Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, señala que la fundación de Pueblo de lxtla se debió quizás a la necesidad de detener la invasión de tribus chichimecas hacia el centro del país). Al cabo lo que pareció terminar con el tiempo de secas fue, según Eutimio Sánchez Ayala antiguo   delegado político del lugar, la aparición del Señor de Ojo Zarco.
En una época indeterminada, en el Rancho de Ojo Zarco un campesino halló, entre 2 milpas. una planta de 3 mazorcas que semejaba la imagen de un Cristo. El campesino mostró el hallazgo a su patrón y éste dio la noticia a las autoridades religiosas quienes decidieron erigir una capilla en Ixtla, para agradecer el milagro.
La capilla (en la cual permaneció el Cristo, hecho de caña de maíz, hasta 1959, año en que fue trasladado a la iglesia principal) es una de las más bellas del lugar: su portada ostenta un par de ángeles guardianes, labrados en cantera, que por fortuna no fueron saqueados y permanecen intactos al igual que la cruz atrial, "historiada" en bajorrelieve, al estilo del siglo XVI. Según la creencia popular, en cuanto se comenzó a adorar la imagen el cielo prodigó sus frutos nuevamente sobre Ixtla y el Señor de Ojo Zarco repartió milagros a granel: curó enfermos resolvió problemas atrajo a la gente de los alrededores, revivió lxtla.
Al correr de los años. la fama de la imagen se extendió y comenzaron a llegar al santuario peregrinaciones procedentes de lejanos puntos del país. El 31 de diciembre día de la
veneración. 40 autobuses hacen viajes de Querétaro a lxtla para trasladar a los devotos: se ofrendan flores. se encienden veladoras se colocan puestos de antojitos y fritangas por la calle principal se cumplen mandas y se entregan generosas limosnas. En una capilla especial adornada con una gran pila bautismal al centro se colocan exvotos trozos de cabello, cartas. fotografías. certificados de escuela y aun huaraches de los agraciados. Otra de las peregrinaciones importantes se realiza el Miércoles Santo: a los peregrinos se les cobra el derecho de entrada y. a los vendedores. el espacio para sus puestos. Hasta hace unos años. los encargados de cobrar eran los representantes de las autoridades municipales por lo que el dinero rara vez beneficiaba a lxtla. Lo mismo ocurre con las limosnas recaudadas por el cura del Santuario: sólo él sabe a dónde van a parar.

AGRARISTAS AGRIOS

Si bien la aparición del Señor de Ojo Zarco terminó con la sequía, poco pudo hacer, según Eutimio Sánchez, para evitar la sucesión de hechos sangrientos que desencadenó la llegada de Leopoldo Vázquez al lugar. Originario de lxtla, Vázquez nunca aceptó seguir la suerte de sus coterráneos y abandonó el pueblo con afán de progresar (no había opción, trabajar para el cacique Urquiza, morir de hambre o emigrar), Al fin Vázquez Ilegó a la capital del país aprendió el oficio de albañil ahorró dinero se enteró de que ya existía la palabra ejido y volvió triunfante a su pueblo natal para reunirse con su mujer y sus hijos.
En Ixtla, Leopoldo Vázquez no sólo fincó la primera casa realizada con estructura sólida (desde la revolución sólo había casas de romerillo). sino también decidió que "el amo Urquiza" tenía más tierra de la que necesitaba y encabezó un grupo. formado por la mayor parte de los habitantes del pueblo. para pelear legalmente por la formación de un ejido. Los habitantes de Ixtla vivían aislados del mundo, pero la idea de verse convertidos de pronto en dueños de una parcela los sedujo y comenzaron a asesorarse con gente de Apaseo el Grande. Cuando en 1934 el conflicto cobró fuerza. Eutimio Sánchez, entonces de 14 años de edad. escuchó en un sermón pronunciado por el cura de la parroquia, las siguientes palabras:
­Tú que quieres quitarle las tierras al rico y nada hiciste para acrecentar su fortuna, tú que en nada cooperaste para que él reuniera su riqueza, detente, porque está escrito que aquel que sea agrarista verá brotar cuernos de su cabeza y los hará brotar a todo aquel que este cerca de él y comparta sus ideas.
El apocalíptico sermón, que incluía la amenaza de la cólera divina sobre el pueblo. poco inquietó a Leopoldo Vázquez, quien convenció a los timoratos de que el señor cura había querido decir "agrios" (es decir de mal carácter) y no agraristas.
Francisco Vázquez, cincuentón, hijo menor de Leopoldo y desde hace 7 meses delegado municipal del pueblo recuerda que a partir de entonces Manuel Urquiza intentó comprar a su padre a fin de que éste dejara de pelear por el ejido, pero con el dinero que había ganado en México Leopoldo había montado una pequeña tienda que le daba lo necesario para vivir y no aceptó los ofrecimientos del cacique, quien recurrió a otras maniobras: algunas veces amenazó de muerte a los agraristas y, otras hizo llegar a lxtla contingentes armados que recorrían las calles gritando: no queremos tierras. queremos trabajo! ¡Viva el amo Urquiza, muera Leopoldo Vázquez!

SANGRE EN LAS CALLES

Al fin, Vázquez logró el apoyo de los habitantes de los alrededores y del gobernador del estado de Querétaro, Saturnino Osornio, y en 1935 obtuvo la dotación de una vasta extensión ejidal. La gente de lxtla decidió otorgarle al caudillo local 12 hectáreas. 30,000 magueyes y algún ganado. y convertirlo en comisario ejidal.
Leopoldo Vázquez se convirtió en héroe local durante 6 años. hasta que uno de los ejidatarios, Anastasio Cruz. descubrió en la Ley Agraria que el cargo de comisario ejidal únicamente debla ejercerse durante 3 años e intentó quitar del cargo a Vázquez.
Según la versión de algunos, Vázquez quiso afianzarse eternamente en el cargo y mandó matar a Cruz, sólo que éste se salvó y huyó de Ixtla. Otros afirman que Vázquez era incapaz de cometer semejante acción y todo fue inventado por un puñado de envidiosos. De cualquier manera, el hombre renunció al cargo. e lxtla se dividió en 2 bandos. Los que apoyaban a Vázquez comenzaron a robar y matar el ganado de sus detractores y éstos. a su vez. respondieron dañando las cosechas de los otros y robándose las yuntas. El conflicto fue en aumento y, al fin una mañana, Leopoldo Vázquez apareció muerto en una calle. De 18 balazos, según unos, de 38 puñaladas según otros.
Pedro Bautista, uno de los principales detractores del ex comisario, fue culpado y encarcelado, pero salió al poco tiempo y esto terminó por desatar una guerra que devoraría a familias enteras, pues los hijos mayores de Vázquez quisieron matarlo, confundieron la presa un par de veces y terminaron dando muerte a los yernos de Bautista. Al cabo algunos hijos de Vázquez fueron también asesinados y, al parecer. parte de sus tierras quedaron en manos de los Bautista.
CORRALES Y TROJES
Enfrascados en luchas internas y enconadas envidias. los habitantes del lugar vieron correr el siglo.
­Nos hemos mantenido de milagros. pues las autoridades jamás se han preocupado por los problemas de la comunidad dice Francisco Vázquez quien en los 7 meses que lleva en el cargo jamás ha recibido remuneración alguna. No tenemos policía ni médico ni servicio telegráfico. La mayor parte de la gente en especial los varones emigran hacia Estados Unidos y sólo regresan por temporadas a dejar algo de dinero entre sus familiares y a lucir sus coches y camionetas. lxtla apenas conoció la luz eléctrica en 1973 y fue conectado al exterior por un camino de terracería en 1974. No existen teléfonos y sólo hay una escuela primaria.
Para Vázquez el principal problema del pueblo es la ignorancia. La gente no hace nada por salir de la pobreza y prefiere anestesiarse con alcohol. Al mismo tiempo. el tesoro arquitectónico escondido en Ixtla desaparece lentamente. De las 72 capillas que supuestamente existieron alguna vez quedan menos de 40. Algunas sólo conservan los muros o las bóvedas y la mayoría de las pinturas murales han desaparecido por completo. Se cree que antiguamente las capillas constituían el centro de los viejos barrios y estaban dedicadas a diversos santos. Todas ellas son de planta rectangular de una sola nave con aplanados de estuco pinturas murales y bóvedas de arista. Su estado es deplorable pues la gente las ha usado como canteras para construir nuevas casas o bien las emplea como corrales. Trojes cocinas o dormitorios.

JIRONES DE HISTORIA

El misterio acerca de su construcción no ha sido aclarado: se sabe que el estado de Guanajuato vivió una etapa de auge económico, especialmente en el siglo XVIII. pero lxtla no fue nunca una región minera por lo que resulta inexplicable la procedencia de la riqueza que permitió construir tal número de capillas vistosas.
Algunas versiones, apoyándose en el hecho de que lxtla parece un pueblo perdido entre los cerros incomunicado durante siglos e imposible de divisar desde la lejanía, han
sugerido que el lugar fue formado por bandoleros, dedicados a asaltar las conductas de oro y plata que transitaban de Guanajuato a México. Aunque esta versión no ha podido ser documentada (en la parroquia no existen archivos anteriores a 1900 y.  misteriosamente, el antiguo panteón ha desaparecido entre la vegetación) podría explicar el origen de las capillas.
­En Ixtla todo es extraño señala el arquitecto Flores Marini. El pueblo no cuenta con la estructura tradicional del resto de las ciudades coloniales: el trazo en retícula. cuyas construcciones se extienden semejando un tablero de ajedrez. Su esquema es el de ciudad quebrada (no hay manzanas) y se desarrolla siguiendo el lecho del río y lo accidentado de la topografía Parece haber sido construida para no ser vista desde lejos.
Recientemente Flores Marini, en colaboración con el Consejo Mexicano de Monumentos y Sitios, ha elaborado un proyecto titulado Ciudades en peligro. en el cual se incluyen Ixtla, Real de Catorce y San Cristóbal de las Casas. Espera atraer la atención de las autoridades y evitar la desaparición de tan importantes retazos del pasado.




Su destrucción no solo es obra del tiempo sino también del arquitecto Giorgio Bellioli, quien usó sus fachadas para otras edificaciones en la cercana población de Marfil Gto.


Este relato fue extraído de la revista “contenido” publicada en 1990, hoy en día ixtla cuenta con; primaria, secundaria, preparatoria por las tardes, luz eléctrica, camino pavimentado hasta el panteón, línea telefónica y hasta hace algún tiempo servicio de internet.

Hasta aquí dejamos este artículo, esperen las siguientes publicaciones que próximamente estarán disponibles, gracias por el apoyo y síganos en Facebook “Raza Del Pueblo De Ixtla” para más contenido.